Es una composición de minerales e hidrocarburos, su contextura es sólida o semisólida, dependiendo del grado de temperatura en que se encuentre, es de color negro, su aspecto es viscoso y pegajoso. Su elemento principal es el bitumen, así como también está presente en el petróleo en su estado crudo.
El asfalto puede ser de origen natural o artificial.
El asfalto natural se forma en pozos y lagos que contienen residuos de petróleo, que combinados con los minerales de la zona brotan en la superficie de la tierra.
Los lugares en los cuales puede encontrarse son: el Lago Asfalties (Mar Muerto, Palestina), los Pozos de Alquitrán de la Brea (Los Ángeles), el Lago de Maracaibo (Venezuela), y los más extensos: el lago de asfalto de Guanoco (Edo. Sucre, Venezuela) que cuenta con una superficie de 4 Km2, más 75 millones de barriles de asfalto natural, seguido por el lago de asfalto de la Brea (Isla de Trinidad) con una superficie de 0.47 Km2 .
Por su parte, el asfalto artificial surge del proceso de refinación del petróleo, siendo un sub producto derivado del mismo. Su producción se logra a través de la destilación de los hidrocarburos, proceso que ocurre cuando el petróleo crudo ha sido refinado para la obtención de gasolina y sus derivados, podría decirse es un producto residual.
Cabe señalar que en la actualidad por motivos de practicidad y economía, se prefiere utilizar el asfalto artificial antes que el natural, a pesar de que este último no tiene competencia y es de excelente calidad.
La construcción, pavimentación de las calles, rutas y autopistas, así como también la impermeabilización de algunas estructuras y la fabricación de baldosas, pisos y tejas son los usos más frecuentes que se le da al asfalto.
Las cualidades impermeabilizantes, facilidad de cohesión y adherencia a las superficies del suelo, además de su resistencia al peso de los vehículos tanto pesados como livianos, hacen del asfalto un producto sin igual, muy necesario para la construcción de vías y edificaciones que permitan el libre tránsito vehicular.
La pavimentación con asfalto se realiza a través de una máquina que se encarga de distribuirlo por la vía, y, posteriormente, se realiza el proceso de aplanado.
El impacto económico que ha producido el uso de este material, es de gran importancia, ya que a través de él se han habilitado vías y caminos que en el pasado eran difíciles de transitar, e impedían la llegada de productos y servicios a las zonas que tenían vías deficientes.
Reseña histórica sobre el asfalto
La palabra asfalto se deriva del griego “asphaltos” cuyo significado es: “seguro”. La utilización de este material data desde hace miles de años en la antigüedad, y los pobladores de estas épocas extraían el asfalto natural procedente de los lagos de asfalto, y rocas asfálticas.
De acuerdo con los estudios arqueológicos se constató que el asfalto ha sido el impermeabilizante por excelencia más utilizado desde tiempos remotos. Se cuenta que en Mesopotamia sellaban los tanques y embalses de agua con asfalto, los egipcios lo empleaban para prevenir la erosión del suelo y los fenicios en la construcción de sus barcos mercantes.
En las sagradas escrituras existen relatos que hacen alusión al empleo del asfalto: para calafatear embarcaciones, como el Arca de Noé (Gn 6:14), construcciones, como la Torre de Babel (Gn 11:3) e incluso el cesto de Moisés lo impermeabilizaron con asfalto (Éxodo 2:3).
En el año 625 D.C. realizaron la primera construcción de carretera en Babilonia, donde diversificaron el uso que le daban a este material, siendo este un proyecto más ambicioso.
El asfalto en la literatura
Poema escrito por Gilberto Ramírez Santacruz
Extraído de su obra Descalzo sobre el asfalto y otros poemas (publicación año 2003)
Soy apenas una hierba huérfana y solitaria
brotada de una grieta herida por el sol
en el cemento impiadoso en el edificio descarado
de la ciudad que habito
soy apenas un yuyo empedernido y fiel
brotado en el revoque carcomido
del rascacielo absurdo de la ciudad que sufro
soy apenas un arbusto amarillento y tosco
prendido en las alturas
succionando los ladrillos
de un muro arrasado por la humedad incontenible
de la ciudad que sobrevivo
soy apenas un descalzo peregrino de la urbe
viviendo sobre el asfallto oscuro y caliente
de la ruta interminable que prohíbe detenerse
en el destino que nos toca
soy apenas una hierba, soy apenas un yuyo
soy apenas un arbusto, soy apenas un descalzo
entre el muro y la pared o en el cemento y el revoque
volcados en la ciudad y sobre el asfalto caliente.