El eco, en su definición más utilizada, se refiere a la repetición de un sonido debido a un fenómeno acústico que consiste en el reflejo de la onda sonora contra algún cuerpo duro.
Una vez que es reflejado, el sonido regresa al lugar de partida con un pequeño retardo y, de esta forma, el oído lo percibe como otro sonido independiente.
El retraso mínimo necesario para que se produzca este fenómeno cambia según el tipo de sonido.
En el caso del oído humano, para que sea posible captarlo, es necesario que el eco supere la persistencia acústica, de otra manera, el cerebro interpretaría el sonido emitido y el reflejado como un mismo sonido.
El mínimo retardo necesario entre ambos sonidos varía desde alrededor de 100 ms para sonidos secos hasta varios segundos para sonidos complejos, como la música. Si el sonido ha sido deformado hasta hacerse irreconocible, se denomina reverberación en vez de eco.
No obstante, en los casos en los cuales el sonido se distorsiona tanto que se vuelve irreconocible, el fenómeno producido es llamado reverberación.
Por ejemplo: “El eco de su voz en la catedral dificultaba la comprensión de las canciones”, “En las vacaciones, fui a la montaña con mis padres y jugamos con el eco que se generaba al gritar en los acantilados”, “Necesito que bajes el volumen del televisor porque el teléfono hace eco”.
Este fenómeno acústico también permite utilizar el concepto de Eco (proveniente del latín “echo”) de manera simbólica. De esta manera, puede referirse a la persona que repite aquello que otro dice, al igual que los dichos que están influidos marcadamente por un antecedente: “Quiere presentarse como un candidato novedoso, pero no es más que el eco del viejo caudillo político del pueblo”, “Te pido que me marques los errores, no que seas mi eco y te sumes a todo lo que digo”.
El sonido que se percibe débilmente, el rumor vago de un suceso y la repercusión de una noticia, son otras comprensiones que pueden expresarse a través de la noción de eco: “El eco de las declaraciones del jugador llegó hasta el club y desató la polémica”, “Se oye el eco de las bombas en toda la región”, “Hacerse eco de una noticia”.
Por otra parte, el término, en literatura, hace referencia a una composición poética en la que se repite parte de un vocablo, o un vocablo entero, principalmente si es monosílabo, para crear una nueva palabra significativa y que se convierta, como decir, en el eco de la anterior.
Ecolocalización
También conocida con el nombre de ecolocación, es un mecanismo empleado por algunas especies animales con el objetivo de detectar los objetos a su alrededor. En esencia, este consiste en la emisión de sonidos y el posterior análisis de sus ecos.
Cabe resaltar que, a diferencia del sonar (desarrollado para la asistencia de los navegantes), los animales poseen varios receptores.
Entre los mamíferos que se valen de la ecolocalización se encuentran los murciélagos (con algunas excepciones), los cachalotes y los delfines. Aqui puedes ver como funciona la ecolocalización en delfines
Con respecto a los ovíparos, podemos nombrar a los guácharos (también conocidos como aves de las cavernas), las salanganas y los vencejos.
Algunos científicos han intentado probar que los seres humanos también poseemos esta habilidad en cierta medida, pero aún nadie ha presentado pruebas irrefutables.
A través de la interpretación del eco, los animales tienen la posibilidad de medir la distancia en la que se encuentran de los objetos que detectan, tomando como dato primordial el tiempo de retardo del sonido.
Además, el hecho de que cada oído perciba el eco en momentos diferentes, con una intensidad y frecuencia también distintas, posibilita la recreación del tamaño y de otras características de los elementos, más complejas que su misma posición.
A pesar de lo que muchos creen, los murciélagos si poseen el sentido de la vista, y algunos lo utilizan para orientarse y cazar durante el día, reteniendo la ecolocalización para los vuelos en oscuridad absoluta.
En estos casos, además de detectar a sus presas, cuentan con este recurso para evitar peligros tales como zonas habitadas por depredadores y para localizar una fuente de insectos que no haya sido hallada por muchos otros cazadores.
El ultrasonido es generado en la laringe de los murciélagos y emitido por medio de la boca o de la nariz, para producir una llamada con un rango de frecuencia que va desde los 14.000 hasta los 100.000 Hz, 80.000 Hz, por encima de los límites de nuestra percepción auditiva.
Por otro lado, estos mismos animales tienen la habilidad de emitir sonidos de frecuencias considerablemente bajas, que llegan a los 10 Hz.
Ecología
La palabra eco es un vocablo muy utilizado en la actualidad para indicar un fenómeno muy importante denominado ecología.
El prefijo “eco” proviene del idioma griego en el cual oikos significa casa.
Eventualmente, la palabra se convirtió en un prefijo utilizado para hacer referencia a nuestro medio ambiente y todo lo que en él suceda a nivel biológico, natural o geológico se relacionará así con la idea de eco.
En el lenguaje común, “eco” es usado para denotar a todo lo que se relacione con las prácticas sustentables y que tienen al cuidado del medio ambiente como principal propósito.
Este prefijo puede relacionarse hoy en día fácilmente con palabras como ecología, ecológico, ecosistema. En todos los casos, se habla de palabras que hacen referencia a la naturaleza y específicamente de la ecología.
Estamos asimismo, indicando una ciencia o estudio relativamente nueva cuya finalidad es el cuidado y preservación del medio ambiente.
Esta área de las ciencias naturales se originó a finales del siglo XX como consecuencia de la cada vez mayor degradación del espacio natural, que fue desarrollando el ser humano después de las actividades industriales.
La ecología está, por lo tanto, destinada a buscar soluciones a los problemas que todavía se puedan manejar y, evitar que aquellos daños que sean ya irreversibles continúen avanzando o volviéndose más complejos cada vez.
Por ejemplo, la ecología puede encargarse del trabajo para que una especie animal en peligro de extinción recupere su volumen y cantidad, así como también trabajar en nuevas tecnologías que causen menor o ningún daño al planeta, sobre las diferentes prácticas cotidianas que uno puede realizar para mejorar el medio ambiente, entre otras.
Sin embargo, en el lenguaje informal, el prefijo eco suele usarse de manera aislada ya que se suele relacionar de manera instantánea con esta idea de la ecología.
Por ende, es habitual decir que una persona, o acción o evento es “Eco”, siempre haciéndo referencia al hecho de que ese elemento o individuo del que se habla, está teniendo en cuenta los aspectos que caracterizan a la ecología y coopera con el cuidado del medio ambiente.
Acciones como consumir alimentos de manera responsable (y sin recurrir a los productos industrializados), ahorrar energía, no utilizar medios de transporte contaminantes, llevar un estilo de vida natural, entre otros, son todos ejemplos de acciones que comúnmente serían catalogadas como “eco
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