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Definición o significado de Melancolía
La melancolía hace referencia a un sentimiento caracterizado por un estado de profunda tristeza, que manifiesta, en las personas que lo padecen, desánimo, abatimiento y apatía ante las cosas y ante la vida.
La melancolía, en este sentido, produce una tendencia hacia los pensamientos tristes y pesimistas, una permanente sensación de minusvalía y suelen dar mucha importancia a las carencias propias, al igual que la pérdida del interés por la afectividad.
Si bien en algunos casos la melancolía es entendida como un estado de ánimo, puede ser también una sensación que se manifiesta en ciertos momentos o situaciones sin volverse un sentimiento permanente, el cual estaría próximo a la depresión.
Los especialistas consideran que, así como la tristeza y demás emociones, pasa a ser patológica cuando altera el pensamiento normal de la persona y afecta el desempeño social.
Por ejemplo: se considera algo común que una persona se sienta melancólica una tarde lluviosa y permanezca en su casa mirando fotografías viejas.
A diferencia de cuando se trata de una conducta repetitiva a lo largo de los días y el sujeto abandona su vida social, así como sus obligaciones, entonces la melancolía pasaría considerarse un tipo de depresión, y en dado caso, requeriría tratamiento para apaciguarse.
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Se trata de un tristeza vaga, permanente y profunda, que puede haber sido producida por causa física o moral. La persona que padece de melancolía no disfruta de las cosas de la vida, no se siente a gusto con ella y tampoco con lo que le sucede a su alrededor.
Es considerada una enfermedad en la actualidad, y que puede ser aliviada mediante la utilización de terapia y de algunos fármacos.
El tratamiento es basado en el análisis psicológico, para poder determinar las causas internas de ella.
Por otro lado, los fármacos se encargan de aliviar los síntomas físicos que puede ocasionar este trastorno, como lo son el malestar estomacal, el dolor de cabeza, entre otros.
Etimología
La palabra melancolía, como tal, proviene del latín melancholĭa, así como del griego μελαγχολία (melancholía), que significa ‘bilis negra’ o ‘atrabilis’.
Esta denominación tiene su base en la teoría de los cuatro humores, concebida por los antiguos griegos que explicaba la fuente de las enfermedades y los cambios de temperamento en las personas.
Entonces, dependiendo de la influencia mayor de uno de los líquidos corporales en el organismo del individuo, se podían clasificar como sanguíneos (la sangre), flemáticos (la flema), coléricos (bilis amarilla) y melancólicos (bilis negra).
Por lo tanto, si había predominancia de la bilis negra en la persona, esta le provocaba el comportamiento triste, abatido y apático, y el estado de nostalgia que caracteriza a los individuos melancólicos.
Tratamiento y consecuencias de no tratarla
Por fortuna, los avances que han surgido en el campo de las enfermedades mentales han generado que hoy en día sea posible tratar la melancolía, por lo tanto, mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen.
Los psicólogos y psiquiatras la consideran una enfermedad que, dependiendo del caso, puede tratarse con terapia, medicación o con ambas.
Al emplear terapia como tratamiento, el profesional y su paciente pueden llegar a descubrir las causas internas, es decir, los factores que desarrollaron la melancolía. Podría ocasionarse por a innumerables razones, como la muerte de un familiar, una separación amorosa, el fracaso en el trabajo o carrera, o entre otros, podrían ser los desencadenantes del estado melancólico de la persona.
Por otro lado, los medicamentos son recomendados para controlar y disminuir los síntomas físicos que usualmente son generados a causa de este padecimiento, tales como dolor de cabeza, malestar estomacal, náuseas, etcétera.
No tratarla a tiempo puede devenir en una depresión grave.
Sigmund Freud Duelo y melancolía
El celebrado y polémico padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, publicó en el año 1915 un escrito denominado Duelo y Melancolía.
A través de este, Freud desarrolla una semejanza del duelo que se consideraba normal y la melancolía vista como patología.
En este sentido, analiza ciertos aspectos en común, como la sensación de dolor, el desinterés en conectarse con el mundo exterior, el desprendimiento de los propios sentimientos y la disminución de la productividad.
Cabe destacar que ambos estados psicológicos surgen después de haber perdido a un objeto, un amado o tras el desvanecimiento de algún ideal.
Para comprender mejor la similitud de ambos casos, se deben conocer a profundidad los aspectos característicos de cada caso, los cuales son los siguientes:
1. El duelo se define como la reacción ante la pérdida (que puede o no ser de una persona) y se trata de una situación consciente, representado por la constante reflexión de la ausencia de dicho objeto amado.
2. La melancolía se origina por la falta de aceptación en la pérdida, por la resignación ante la falta del objeto amado.
3. El duelo consiste en sobreponerse ante la pérdida durante un indeterminado período de tiempo, después del cual se logra deshacerse del malestar y existe la posibilidad de seguir adelante.
4. La melancolía distorsiona la situación y convierte la ausencia en un tema personal, que afecta, entre otras cosas, a la propia autoestima.
La melancolía, por su parte, no es sólo un duelo patológico; también se diferencia por la naturaleza del objeto perdido. Entonces, Freud señala que el objeto perdido de la persona melancólica es el Yo mismo.
De aquí la consideración de la melancolía como “psiconeurosis narcisista”, pues se trata de una ruptura de la función del narcisismo.
Freud consideraba que, a partir del momento en que la melancolía se establecía como un sentimiento permanente en el individuo, se transformaba en una patología, ya que impedía el normal desarrollo de sus actividades cotidianas, complicando su vida a nivel social, laboral y productivo.
De allí que hoy en día sea tratada como una enfermedad y se apele al uso de fármacos antidepresivos para su tratamiento.
La melancolía en las artes
Este sentimiento ha sido uno de los ejes más resaltados en las artes, como la literatura, la pintura y la música.
En ésta última, por ejemplo, se produjo el movimiento Grunge, en la década de los 90’s, el cual creó una especie de culto hacia la melancolía y el desencanto.
De hecho, la banda norteamericana Smashing Pumpinks editó un disco titulado “Mellon Collie and the Infinite Sadness” (Un juego de palabras que podría ser traducido como “la melancolía y la tristeza infinita”).
Muchos géneros musicales se basan en la melancolía, al igual que sucede con una importante fracción del repertorio operístico (especialmente de origen italiano) y la música pop, por más diferentes que parezcan a simple vista.
Al igual que en 2011, se estrenó la película Melancholia de Lars Von Trier, cuyo tema principal es precisamente, la melancolía de la protagonista.
Trailer de la pelicula Melancolía
No resulta difícil entender el por qué, puesto que el arte está siempre en contacto directo con nuestras emociones y muchas personas se apoyan en la música para superar momentos difíciles de la vida como, por ejemplo, un rompimiento amoroso.
Sin embargo, una canción de tono melancólico no puede resultar muy beneficiosa para nadie, debido a que el incesante lamento ante un hecho irremediable es un potencial comienzo de una depresión.
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TheDefinition of Melancholy (Versión en Ingles)