Definición o Significado de Sicario
Un sicario es aquella persona que se dedica al sicariato como forma de profesión. El sicariato es un acto delictivo que se presenta en muchos países actualmente.
El sicariato es un servicio que se contratada de forma clandestina u oculta en los bajos fondos de la sociedad y puede ser entendido como la acción de asesinar o privar de la vida a uno o más individuos de forma organizada, a cambio de una remuneración, ya sea en dinero en efectivo o a cambio de un bien.
Ésta es una acción precedida por grandes etapas de planificación, no sucede al azar o de forma desorganizada, y generalmente es planificada por una cabeza o mente principal, la cual idea el crimen y contrata a un tercero como mano de obra descartable para realizar el acto delictivo. Este tercero es el llamado sicario.
Los motivos de la organización del crimen pueden ser muchos como la mafia, el narcotráfico, las deudas monetarias, las relaciones amorosas, comunistas extremistas entre otros. Sin embargo, el sicario, o la persona que realiza la acción de asesinato final, no tiene ningún motivo personal para realizar tal acto, sólo lo motiva la remuneración económica, considerando esto como un simple trabajo o servicio ofrecido.
El sicariato es un hecho punible que ha existido desde el inicio de los tiempos, ya que es una forma de crimen organizado que se lleva a cabo por venganza o por enfrentamientos, no únicamente entre grupos mafiosos o pandillas delictivas, como se observa actualmente, sino que también se presenta de forma oculta o secreta entre organizaciones políticas o grupos gubernamentales.
A lo largo de la historia (incluso en la antigüedad)
Se pueden observar varios hechos que se pueden describir como actos de sicariato; en ellos, grandes reyes, nobles o líderes políticos destacados han sido asesinados de forma clandestina y silenciosa.
El descubrimiento del encargo de estos asesinatos ha sido comprobado posteriormente; así se ha evidenciado que el asesinato se realizó por un tercero, sin relación con el grupo político y que éste había sido contratado por alguien con poder.
Este trabajo el del sicariato, está relacionado de forma obvia con una acción fuera de la ley, que posee un carácter poco ético y moral; esto lleva a observar que el individuo que lo realiza, por lo general, se oculta y vive en los bajos fondos sociales, donde el sentido de la moral y la ética se ha perdido.
En consecuencia, el sicario realiza este tipo de trabajo sin remordimientos y sin culpas pues en este medio la vida no tiene ninguna importancia sino que tomarla es lo que le proporciona valor al hecho de estar vivo.
Los individuos que se relacionan en este tipo de trabajo no poseen edades avanzadas, por el contrario, la mayoría de ellos son muy jóvenes y sus edades oscilan entre los 17 y los 25 años.
Cabe destacar que las fuentes estadísticas afirman que los individuos que realizan este tipo de actividades tienen una vida notoriamente corta, ya que suele ser asesinados por enemigos ganados durante la práctica de este oficio.
En atención a lo antes señalado, un sicario puede perder la vida en manos de otro sicario, contratado por un líder de una banda criminal opuesta; también pueden ser eliminados y descartados por los líderes de la banda que usualmente los contrata, para evitar la fuga de información.
En Latinoamérica se han registrado alarmantes cifras de este acto criminal; los individuos asociados a esta actividad delictiva rondan entre los 13 y los 22 años de edad; esto se debe a que al poseer condiciones de minoría de edad los sicarios gozan de más posibilidades de eludir la ley y cometer el acto con mayor facilidad.
El término fue usado por primera vez a mediados del Siglo I, en la Antigua Judea y ciertas ciudades Romanas donde se realizaban actos ocultos de asesinato con armas de fácil manejo como las dagas, las cuales se portaban dentro de las túnicas y facilitaban la movilidad del individuo, dotando al sicario de rapidez y de la posibilidad de pasar desapercibido ante un público numeroso.