La cavitación hace referencia a la ruptura de estructuras liquidas, en donde las moléculas están unidas entre ellas por medio de fuerzas físicas. El agente o medio utilizado para romper esta unión es una fuerza física mayor y altamente energética que destruye la asociación entre moléculas.
El término ultracavitación se refiere a una técnica no quirúrgica, usualmente utilizada como tratamiento estético para reducir (o incluso eliminar) tejidos adiposos subdérmicos empleando ultrasonidos de frecuencias muy altas (37 a 50 KHz) de acuerdo al paciente y su patología.
Por medio de esta técnica, se destruyen o rompen células adiposas con ultrasonidos. Lo novedoso y deseable de esta técnica es que la misma no requiere una intervención quirúrgica, por lo tanto el tiempo de recuperación es muy corto, se reducen costos hospitalarios y se evita el uso de anestésicos.
La base de este método es que ante una muy alta frecuencia de sonido las largas cadenas de ácidos grasos se rompen por la alta energía cinética generada por la vibración ultrasónica, en ácidos grasos más simples y solubles fácilmente por el metabolismo.
Posteriormente estos ácidos grasos son eliminados por el organismo vía linfática, el sistema excretor urinario e incluso el sistema digestivo, ya que son moléculas más sencillas y no están inmovilizadas en forma de largas cadenas de ácidos grasos poco solubles.
Cabe destacar que esta técnica es útil ante celulitis y formas de tejidos adiposos de menor grado o severidad. Casos como obesidad mórbida u otro tipo de acumulación de grasas subcutáneas requieren un tratamiento más radical, debido a lo complejo de la patología.
Por otra parte, en una misma persona pueden existir sectores de tejido donde los adipocitos (células grasas) son más densos que en otras zonas. Esto se maneja fácilmente variando la frecuencia de aplicación del ultrasonido para disolver tejidos grasos, de acuerdo a su densidad.
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Recomendaciones para emplear este tratamiento
- Ubicar un profesional confiable y con amplia experiencia en la técnica. Como todo tratamiento médico es necesario tomar todas las previsiones del caso y no tomar a la ligera el tratamiento solo porque no requiere una intervención quirúrgica.
- Antes de acudir al tratamiento el paciente debe hidratarse abundantemente, de igual forma una buena hidratación post tratamiento es necesaria para eliminar eficientemente las toxinas del organismo, por lo que se recomienda ingerir abundante agua al menos 24 horas antes y después del tratamiento.
- Realizar el tratamiento fraccionadamente, en 5 o 10 secciones para permitir al cuerpo eliminar todos los residuos y toxinas adecuadamente y evitar un estrés excesivo del tejido subcutáneo. Se sugiere que las secciones sean quincenales o semanales de acuerdo al paciente y su evolución.
- No es recomendable la ultracavitación para personas con alguna clase de patología hepática o renal, debido a que esta técnica diluye grandes cantidades de grasas y son expulsadas del organismo vía linfática o renal, por lo tanto, ambos sistemas deben estar en óptimas condiciones.
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Para complementar el tratamiento se pueden aplicar radiofrecuencias en la piel, esto es con el objetivo de tensar la piel luego de la ultracavitación y evitar flacidez de la dermis, producto del vaciado de los depósitos grasos subcutáneos.