Significado o definición de Vorágine
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El significado etimológicamente parece provenir de la palabra Vorage, según algunos traductores equivale a vórtice y/o sima, mientras que para otros equivale a tragar o devorar, haciendo alusión al efecto succionador de los remolinos.
Este término señala dos posibles sustantivos. El primero se refiere a todo tipo de vórtice o remolino formado en cuerpos de agua como ríos o mares, con la capacidad de atrapar embarcaciones, naves o incluso nadadores en sus corrientes.
Pueden tener múltiples orígenes tales vórtices. El más común es la combinación de corrientes con la topografía de las costas u orillas según sea el caso, generando curvaturas del curso de tales corrientes hasta arremolinarlas en una espiral.
Otras veces el efecto coriolis colabora a la formación de tales vórtices. Es normal observar cómo se curva la corriente de agua en forma arremolinada al descargar sumideros y cañerías de lavabos o incluso inodoros debido al efecto coriolis.
Los tornados y ciclones tropicales, muy comunes en huracanes, son otra forma de vórtices formados en la atmosfera. Aunque los vórtices son comunes en agua, grandes masas de aire tienden a comportarse con ciertas características propias de los líquidos generando vórtices.
La segunda acepción del término es más metafórica y literaria haciendo referencia a estados confusos de la vida y el ánimo, haciendo alusión a sentirse dentro de un torbellino que arrastra a quien se acerca al mismo.
Ese estado confuso de sentimientos puede transformarse en un círculo vicioso, el cual no parece dejar escapar a quien lo experimenta. Es por ello que poetas y literatos han usado la metáfora de vorágine para describir tal imagen.
El término encierra dos ideas fundamentales:
La primera es una espiral que no permite a la persona involucrada poder escapar de la corriente por sus propias fuerzas, con lo cual todo intento de escapar es un gasto de energía completamente inútil.
La segunda idea es que la sensación de ser succionado hacia abajo, ser devorado por la vorágine. La suma de estas dos ideas resumidas en una sola palabra es lo que le da color a la imagen metafórica de una vorágine como estado de ánimo ante el caos.
Algunas vorágines notables en el cine y la literatura
Caribdis y Escila
En la Odisea, Ulises debe navegar y maniobrar su barco a través de un estrecho paso o canal en el mar, el cual tiene su ruta justo entre dos peligros mortales, un monstruo marino o quimera llamada Escila y otro monstruo llamado Caribdis.
Caribdis aunque era una entidad o monstruo marino, se manifestaba en la forma de un remolino que succionaba agua, arrastrando todo lo que podía hacia adentro de su garganta, era la personificación de los remolinos o vórtices marinos.
Por su parte, Escila era una quimera capaz de devorar a los marineros que se acercaran mucho a su alcance. El reto de Ulises era atravesar este estrecho sin ser devorado por ninguna de las dos entidades.
Este pasaje homérico de La Odisea dio origen al dicho popular “entre Caribdis y Escila” aunque en Latinoamérica es más popular un dicho equivalente: “entre la espada y la pared” para referirse a situaciones en donde se deben atravesar dos situaciones difíciles.
Maelström
Es un remolino famoso que se ubica al norte de Europa en las costas noruegas. Fue mencionado por Julio Verne en su novela “Veinte mil leguas de viaje submarino” y por Edgar Allan Poe en su cuento corto “Un descenso a Maelström”
El maravilloso mago de Oz
En este cuento infantil de 1900 del autor Estadounidense L. Frank Baum, la protagonista, Dorothy, es llevada a la mágica tierra de Oz en un tornado que la arrastra junto con su casa desde su natal Kansas al reino de Oz.
Gargantúa
En la película de ciencia ficción de 2014 Interstellar, un agujero negro bautizado como Gargantúa, arrastra al protagonista hacia su interior, a manera de vórtice o vorágine, mientras el mismo intenta una maniobra alrededor del masivo agujero negro.
A menudo en la literatura y filmografía de ciencia ficción los agujeros negros son visualizados como enormes vorágines interestelares que devoran naves espaciales y planetas, aun cuando el ser humano jamás ha observado de cerca uno de ellos.
La Vorágine
Novela colombiana de 1924 del autor José Eustasio Rivera, en donde se narran las vicisitudes de dos amantes que huyen a la selva amazónica, en plena fiebre de la explotación del caucho en dicha selva.